Lo fugitivo permanece y dura

En un aparte de La palabra Mágica, Monterroso cita y discute el clásico “soneto perfecto” donde la ciudad de Roma le sirve de pretexto a Quevedo para reflexionar sobre la fugacidad del poder, el fasto y la discutible inmortalidad de los monumentos creados por los afanes imperiales de todas las que se llaman “grandes civilizaciones”.

Al volver a leer ayer este soneto le encuentro una clara resonancia con lo que acabo de escribir sobre el carácter transitorio de los blogs y su naturaleza efímera, interactiva y temporal.

Se me ocurre entonces pensar que ésta, como otras muchas formas de compartir conocimiento: los libros, la tradición oral, la música, la danza o la pintura, son ejemplos maravillosos de lo que Monterroso llama

“el inacabable milagro de la permanencia y la duración de lo fugitivo”.

Tal vez en eso consiste el conocimiento, algo frágil, y liviano, encaminado a perecer; y con una chispa secreta que lo impulsa a perdurar y permanecer.

Se trata de una paradoja pues a pesar de tener un destino finito, puja sin embargo y de manera consecuente, por reproducirse.

Al sembrar la huella de su repetición y a pesar de pasar al olvido. (que es su forma de extinción momentánea), mantiene su capacidad de permanecer en movimiento.

Fluye así sin descanso, cumpliendo ciclos de actualización y de olvido, afirmando la frágil y fugitiva condición de las ideas, de su reflujo y replicación maravillosa.

Soneto
A Roma sepultada en sus ruinas

Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregrino!,
y en Roma misma a Roma no la hallas:
cadáver son las que ostentó murallas,
y tumba de sí proprio el Aventino.

Yace donde reinaba el Palatino,
y limadas del tiempo las medallas,
más se muestran destrozo a las batallas
de la edades que blasón latino.

Sólo el Tíber quedó, cuya corriente,
si ciudad la regó, ya, sepultura,
la llora con funesto son doliente.

¡Oh, Roma!, en tu grandeza, en tu hermosura,
huyó lo que era firme, y solamente
lo fugitivo permanece y dura.

Francisco de Quevedo

9 Responses to “Lo fugitivo permanece y dura”

  1. Vir Says:

    Y perdura…

    Sucede que vuelvo a bitácoras en las que posts ora delicados ora potentes me re-convocan… Y en este periplo, se descubren nuevos espacios. Por ejemplo hoy, me topé con hallazgos en la blogósfera, y he de reorganziar mi tiempo, para leer estos espacios
    que he incorporado a mis links…

    Agradezco este post iluminador y que además con su enlace, invita a nuevas miradas, eclécticas como lo hiciera según su particular perspectiva el gran Monterroso.

  2. Fabián Says:

    Precioso el artículo e interesantísimo el tema. No me atrevo a decir aún apenas nada pues necesitaría pensarlo. ¿Son efímeros los artículos de las bitácoras? Quizás no. Yo quisiera que muchas de mis anotaciones fueran sólo flor de un día y que, transcurrido ese tiempo, desaparecieran de las memorias. Pero también quisiera que algunos permanecieran y pudieran ser consultados. Claro que hablo desde la voluntad del que los hace, que siempre la realidad es otra cosa.
    “Lo fugitivo permanece y dura” ¿No quedan piedras: pirámides, murallas, estatuas … ?quizás ruinosas, pero han atravesado milenios. Claro que muchas otras han quedado en polvo, como los hombres.
    También han quedado palabras: el Derecho Romano, las de Sócrates y las de Jesús, que nunca las escribieron. Pero otras, muchas, se las llevó el viento del olvido.
    “Huyó lo que era firme”. Precioso el soneto e interesantísimo el tema.

  3. zenia Says:

    SALUDOS ALVARO. LINDO SONETO. SE PODRÍA LEER ¡POBRE ROMA QUE NO SE DIO CUENTA QUE ERA UN IMPERIO Y SUCUMBIÓ ¡. TAMBIÉN ES EL DOBLE FILO DEL PODER, EGOCÉNTRICO Y DOLOROSO. Hasta pronto.

  4. Magda Says:

    Que hermosisimo soneto del gran Quevedo.

    Sí, el caracter transitorio de los blogs es muy cierto, pero creo que todo en la vida lo es. Esto que citas de Monterroso me recuerdan otras de sus inteligentes deducciones: “La vida no es un ensayo, aunque tratemos muchas cosas; no es un cuento, aunque inventemos muchas cosas: no es un poema, aunque soñemos muchas cosas. El ensayo del cuento del poema de la vida es un movimiento perpetuo: eso es, un movimiento perpetuo…” (justamente lo comentaba en el blog de otro amigo).

    Muchos saludos, y felicidades por tu post.

  5. Catalombia Says:

    Lástima que los comentarios no puedan ser gráficos para adjuntarte aqui las fotos del Arco Iris Negro, un homenje a las víctimas del 11-M de Madrid a cargo del artista chino Cai Guo-Qiang.

  6. Vicente Torres Says:

    Es un canto a la humildad, a lo que no aspira más que al mínimo de atención.

  7. Pedro Miguel Says:

    Gracias por tus reflexiones. De ellas se me ocurrió lo siguiente:

    Corte de caja

    Asunto personal o colectivo;
    desnudo que cobija y embellece;
    carne cruda o guisado que se cuece
    tras un manto discreto y selectivo.

    Lector incierto; sin embargo, vivo;
    imagen para nadie que estremece;
    Así es el blog, según lo que parece:
    puente difuso, texto fugitivo,

    instante detenido de un enredo
    donde fluyen lo que es y lo que ha sido,
    unión de lo durable y la basura.

    No se me ocurre más. Tal vez Quevedo
    Nos aporte una pista y un sentido:
    “Lo fugitivo permanece y dura”.

  8. Victor Says:

    Eres grande Quevedo, que en tus palabras fugitivas en el tiempo y en el espacio, a pesar de los años y los vientos, “SOLO LO FUGITIVO PERMANECE Y DURA”.

  9. Ojo al Texto » Blog Archive » Cómo deshacerse de quinientos libros Says:

    […] Hace cinco años murió Augusto Monterroso. Para mí uno de los escritores más importantes de la literatura latinoamericana del pasado siglo y por supuesto uno de mis favoritos. Se le menciona menos que a otros porque si bien escribía mucho, tiraba a basura casi todo y adoraba los textos breves. Defendió siempre una especie de ecología de la calidad que lo llevó a no querer contribuir a la excesiva contaminación literaria de novelas malas, poemas pésimos y cuentos mediocres. […]

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