Súbita angustia

No podía ubicar sus sentimientos porque un témpano de hielo le estaba congelando sus entrañas. ¿Qué era ese vacío que sentía? Se alegraba al ver que dejaba atrás la adolescencia y los ataques de hormonas que le producían súbitas tristezas y un llanto inmanejable. Lo de hoy era extraño porque incluso los ataques de ira incontrolada habían desaparecido casi por completo. Se sintió acongojada y salió a dar un paseo por el parque, más al ir a cruzar la avenida un conductor distraído la dejó tendida sobre el asfalto. Su corazón dejó de palpitar poco antes del arribo fatal de la ambulancia.

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