El nuevo documental de Errol Morris

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Ayer viernes pude ver el  documental Standard Operating Procedure (2008) (S.O.P) . Lo escogí entre muchos otros porque considero a su director Errol Morris, como uno de los mejores documentalistas norteamericanos vivos. Su primer film The Thin Blue Line es ya un clásico del nuevo documental, ése que no acude a la voz en off (también llamada voz de dios) ni al didactismo del documental tradicional.

En (S.O.P) por medio de entrevistas a los sargentos y otros militares que protagonizaron y tuvieron que ver con los abusos y torturas de la prisión Abu Grahib (por los que algunos de ellos tuvieron que pagar cárcel) el director busca penetrar en los motivos y justificaciones de tan repudiables acciones.

(S.O.P) en el lenguaje militar significa los métodos correctos y normales a la hora de operar . Lo que uno capta a medida que ve el film es cómo dichos estándares incluyen desde hace ya muchos años la humillación, la vejación y la tortura. Cosa inaceptable en el caso de un país como EE.UU que firmó el pacto de Ginebra.

El otro dato central lo revelan los mismos sargentos implicados: en Abu Grahibse armó un escándalo porque a dos de los protagonistas de las torturas (psicópatas en mi opinión y quienes aún están pagando penas de 8 y 10 años) se les ocurrió la “divertida” idea de tomar fotos y documentar en detalle, y con tres cámaras toda la orgía de sangre, oprobios y vejaciones con los que jugaban a divertirse mientras “ablandaban” y cuidaban a los prisioneros iraquíes.

Queda claro que dichos métodos de tortura y vejaciones se daban y se siguen dando en otros muchas prisiones del mundo (Guantánamo, Sudan, etc.) pero sin que a sus autores se les ocurra la peregrina idea de dejar evidencia fotográfica de tales “ocurrencias”. A nadie pueden detener porque no hay imágenes, huellas o evidencias irrefutables de estas torturas.

Los sargentos que aparecen en el film reconocen, que los detenidos eran casi todos inocentes y habían sido capturados solo con la intención de aterrorizar a la población y mostrar que las fuerzas armadas estaban haciendo algo para tratar de dar con el paradero de Sadam Hussein. La debilidad del film consiste en no enfatizar estos aspectos. Es posible adivinarlos,  pero el esfuerzo central del director se centra en desentrañar las circunstancias mentales y sociales que llevaron a estos militares a cometer actos tan extremos y degradantes como la violación física, mental y sexual de los detenidos.

Errol Morris continúa la línea de narración donde al público no se le entregan deducciones o lecciones de cómo entender lo que está viendo (por medio de la voz en off autorizada del documentalista). Le interesan las opiniones de los entrevistados y el contraste entre lo que dicen y las imágenes y otras evidencias que él presenta y que sirven de guía al espectador para juzgar lo que está viendo y sacar sus propias conclusiones.
 
El golpe final de este film duro, y magistralmente realizado en todos sus recursos narrativos y audiovisuales, lo deja un texto en blanco sobre negro que aparece al final de la pesadilla. Allí se aclara que hasta el día de hoy, y por todas las cosas que han pasado en las cárceles de Iraq y Afganistán no han pagado penas ningún militar por debajo del cargo de sargento. Todo el rango de mando hacia arriba no ha sido tocado y permanece impune. Ojala se produzca un  cambio ejemplarizante y más justo con el posible ascenso a la presidencia del candidato Barack Obama.
 

Nota adicional que encontré en IMDB :
Errol Morris tells Sean Axmaker. "I think it is, in many ways, a story about American women in the military. I think that’s one of the things about the photographs that made the photographs particularly strange, particularly appalling, particularly perverse. I’ve often imagined, when [Charles] Graner was taking those pictures, of his 90-some-odd pound, twenty-year-old girlfriend, holding that leash on that the prisoner known as Gus, he was in some very deep sense reenacting American foreign policy."

Publicado en equinoXio.org

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