Alvar Aalto II

savoy vase.jpg Al arquitecto y diseñador finlandés, Alvar Aalto se le considera uno de las mentes creativas más grandes del siglo XX. Nació en Kuortane el 3 de febrero de 1898, estudió en la Universidad Politécnica de Helsinki de 1916 a 1921 y empezó a ejercer su profesión dos años má tarde
Es una de las figuras que más contribuyó a la renovación de la arquitectura, el diseño y la decoración de interiores. Su obra es tan única e inimitable que no ha existido ni probablemente existirá una “escuela Aalto”, pero su obra ha dejado una huella profunda en las artes por su tendencia a la simplificación y la abstracción.

En su trabajo se destacan tres cosas sobresalientes: la geometría, los materiales naturales como la madera y los aspectos humanos y sociales en cuanto a diseño forma y funcionalidad. Pero para poder entenderlos y apreciarlos es necesario recurrir a la emoción. Y éste mérito no lo tienen muchos de los grandes modernistas. Aalto consiguió cristalizar las ideas modernas de pensar los espacios y los objetos pero de una manera sensual y táctil. En sus propias palabras

La arquitectura debe tener encanto pues es factor de belleza en la sociedad. Pero la verdadera belleza no es una cuestión de mera forma sino el resultado de la armonía entre varios factores intrínsecos, siendo el más importante el factor social.

No le interesó mucho teorizar pero su experimentación continua y los productos que consiguió como resultado de investigar los materiales y las formas, constituyen aportes sustanciales a cualquier reflexión juiciosa de las Bellas Artes. Por eso traigo a cuento ésta formidable cita de Aalto donde menciona a su contemporáneo y compatriota compositor:

Sibelius dijo alguna vez que si uno pronuncia tres palabras para explicar lo que es la música al menos dos de ellas son equivocadas. Lo mismo se aplica a mi filosofía de la arquitectura. (1959).

El trabajo de Aalto fué aclamado muy temprano en los Estados Unidos cuando el Museo de Arte Moderno (MOMA) organizó una gran retrospectiva de su obra en 1938. Un año después, Aalto diseñó el Pabellón Finlandés de la Feria Mundial de Nueva York .
Su obra surge en un momento muy importante del diseño finlandés, donde con otros muchos de sus colegas y compatriotas crearon una reputación en todo el mundo y gran aclamación sobre todo por sus trabajos con la madera y el cristal. Las obras de arte de Aalto en cristal, especialmente su vasos, fueron destacados en muchas exposiciones internacionales, especialmente en una gran muestra en el año 1957 cuando el Instituto Real de Arquitectos Británicos le concediera la medalla de oro.

2 Responses to “Alvar Aalto II”

  1. Estella Says:

    El artista menciona la palabra “encanto”. Sería bueno explorar más sobre esa idea no sólo ligada a las bellas artes sino a las experiencias estéticas de la vida diaria. En el libro de Jane Bennett, The Enchantment of Modern Life: Attachments, Crossings, and Ethics, ella trata de hilar piezas de una narrativa que se opone a la del mundo desencantado. Encanto es ver lo extraordinario en lo ordinario de la vida diaria; es pura presencia y sobresalto de los sentidos que crea una conexión con otros, con la vida, con un mundo justo. Y por eso mismo, el encantamiento, sentir la belleza (del vaso de cristal de Aalto o del gesto humano) conlleva implicaciones éticas profundas. Ella dice, es difícil amar a un mundo desencantado (cínico). Tal vez a eso se refiere también Alvar Aalto cuando menciona la relación de la belleza no con la formas en si mismas sino en su conexión con la sociedad.

  2. Álvaro Says:

    Me ha encantado tu apunte Estella. Tanto que quiero seguirle la pista al libro que citas de Jane Bennett. Yo quisiera añadir que Jesús Martín Barbero propone como uno de los logros problemáticos de la ilustración el habernos dejado un mundo desencatado. Es aquí donde creo que viene tu bella anotación a salvarnos del cinismo que uno siente crecer sobre todo en las sociedades opulentas. Y de los signos de cansancio que uno advierte en sus manifestaciones artísticas.
    Me emociona leer lo que dices y lo subrayo porque me abre puertas y me parece muy sabio: “ver lo extraordinario en lo ordinario de la vida diaria: es la pura presencia y sobresalto de los sentidos que crea una conexión con otros, con la vida, con un mundo justo”.
    Destacas la estética y la asocias con la moral, con nuestro accionar.
    Gracias Estella. Con comentarios así, nos enriqueces y nos haces sentir la belleza del mundo.

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