Después del 11 de septiembre no importa

SamAl Arian Film.jpgEl Profesor Sami Al-Arian está hoy en una cárcel de alta seguridad. Ni hay evidencias ni ha cometido delito alguno, pero lo han separado aún mas de su esposa e hijos y lo van a deportar. El menor de todos sufre mucho sin su papá. Las niñas no logran concentrarse en sus estudios.

Es la historia de: Los Estados Unidos de América contra Al-Arian.
Imagínese esta historia bien porque se trata de un documental cinematográfico en 35 milímetros que probablemente no va a ser muy distribuído por el resto del mundo: Un muchacho palestino joven e idealista viaja a estudiar a los Estados Unidos en los años 70 y dadas sus calificaciones e inteligencia consigue hacer su Maestría y Doctorado en la Universidad del Sur de Florida. Viendo la situación de su país y la escasa y desequilibrada información que hay allí sobre la causa palestina acepta trabajo en la Universidad y decide quedarse para contribuir desde lejos a denunciar la ocupación israelí y los atropellos que esto conlleva.

Además de su carrera académica se dedica a hacer lobby por dicha causa, a explicarles a los políticos y ciudadanos norteamericanos su versión de los hechos y a movilizar a la comunidad palestina y a otras agrupaciones minoritarias para hacer frente común a favor de la causa de su pueblo.

Casado y con cinco hijos continúa su labor hasta que los atentados del 11 de septiembre lo colocan en la mira de la administración Bush quien usando las normas excepcionales del Acto Patriótico, lo encarcela en el 2003. Lo acusan (sin evidencias) de haber apoyado materialmente a una organización terrorista y lo mantienen en aislamiento total durante tres años, mientras la fiscalía monta los cargos. Después de un juicio de 6 meses el jurado lo declara inocente de todas y cada una de las 19 imputaciones que se le hacían. Pero la pérdida de este caso es una derrota dentro de la agenda de la administración Bush en su campaña contra el terrorismo internacional. Y en lugar de que el Dr. Al-Arian salga a reunirse con sus hijos, se le traslada a otra cárcel a 13 mil kilómetros de su familia, por un juez que decide atender a dos de los cargos sobre los cuales alguien del jurado expresó dudas.

No entro en más detalles para no dañar la experiencia en caso de que algún día vean este documental que ganó en enero el premio del público en el Festival de Cine de Tromsø y que se exhibe ahora en la cartelera de cines aquí en Noruega

samiArianfilm.jpgEl impresionante testimonio de la realizadora noruega Line Halvorsen está muy bien logrado. Una cámara intimista se acerca a la vida cotidiana de estos seres atribulados. La protagonista de la historia es una madre y sus hijos tratando de resistir durante años la presión que se ha montado contra ellos y contra la comunidad musulmana a la que pertenecen. En el film se ilustra y discute la espantosa forma como han sido detenidos más de ocho mil musulmanes en EE UU en los últimos años, sin poderles probar ningún cargo de los que se les acusa. Parece más bien una campaña intimidatoria. Sami Al-Arian sostiene que lo están señalando y castigando en un intento por silenciar sus opiniones políticas en clara violación de la constitución del país en donde ha vivido por más de 30 años.

La realizadora y la excelente fotógrafa Tone Andersen han acompañado esta familia durante varios años y esto se refleja en la fuerza con que el documental va creciendo en dramatismo y suspenso a medida que el juicio se avecina. Éste termina por arruinar la vida normal de esta familia cuyo días giran en agotadoras jornadas de visitas a la cárcel, en la corte, estando atentos a los avances de los noticieros y siguiendo en Internet lo que va apare para poderle informar al padre de los detalles de lo que se dice en los medios sobre el juicio.

La tensión es extrema, hay momentos donde uno “vive” el pavor y la ansiedad que siente la familia. Y tambien la profunda alegría y felicidad cuando el papá es declarado inocente. Pero dura poco porque los abrazos de reencuentro no se cumplen. Las visitas siguen siendo detrás de celdas separadas por vidrio porque ni siquiera a los chicos se les permite que abracen a su padre.

El telón de fondo del film es oscuro y la realidad cotidiana muestra un país sumido en un callejón donde las persecuciones y las vejaciones son el pan de cada día. Tanto se habla a veces de los derechos humanos desde esa rica y poderosa nación, que parece mentira ver como un ejército de abogados y fiscales los conculcan sistemáticamente.

Salí triste y deprimido del film. Y aprendí cosas, entre otras a valorar el sentido de comunidad que se genera cuando alguien es acusado injustamente.
Agradezco a la vida que me ha ahorrado experiencias tan desgarradoras como ésta.

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En la foto se puede apreciar al Profesor Sami Al-Arian (cargando a su hija menor) y rodeado de su familia al lado de Laura y George W. Bush. Tomada en el año 2000, la foto no deja de esconder una terrible ironía. ¿Por qué iba a querer posar el profesor al lado Bush, si no fuera porque cree en la democracia y la civilidad?

Aquí les dejo el trailer para formarse una mejor idea del film:

9 Responses to “Después del 11 de septiembre no importa”

  1. Zenia Says:

    Buena propuesta. Hay que detenerse en ese punto de vista :”el sentido de comunidad”. Muchas, múltiples veces, ese sentido es obviado para todo tipo de análisis y cuestionamientos.
    Una comunidad es un hecho real, tangible, se puede saborear, oler, tocar. Hecha raíces que solo ella conoce. Maneja códigos que a otros les son ajenos.
    Todo tipo de acercamiento a una cultura, a una situación, no debe dejar de lado este punto de vista que va más allá de lo etnográfico y que tiene deslindes en lo social, lo político, lo humano.

  2. schizoid Says:

    Es muy triste que un país donde supuestamente se defienden todos tipos de libertades sean los más arbitrarios para hacer este tipo de cosas. Yo soy de los que creo que la violencia solo genera más violencia y francamente creo que US debió haberlo aprendido hace mucho tiempo.

    Es muy curioso como los países occidentales son culpables de los mismo crímenes que juran combatir.

  3. EL INFORME CARIBBEAN Says:

    Una triste realidad, pero nada nueva, en los USA a uno le da miedo pedir una coca-cola el stress que se genera diario es atroz! ahora eso siempre ha sido de esa manera con Bush pues se a puesto peor.

    Los americanos estan acostumbrados a buscar culpables si lo los tienen, los inventan! eso no es nada nuevo… làstima y gracias a Dios que nunca nos ha tocado vivr algo asì en ese paìs.

    Saludos,

  4. Pilar Says:

    Dudo mucho que podamos ver este documental en Chile, pero con suerte quizas algún día lo pasen por el cable, espero poder verlo, aunque de sólo leer tu post -muy bien resumido- se siente una gran impotencia. Este tipo de injusticias duelen a todos, no sólo a los que le redean.
    Saludos afectuosos desde Chile amigo, hasta pronto!

  5. Álvaro Says:

    zenia:
    De acuerdo contigo, ese sentido tangible y concreto es muy importante. Y el film lo explora a ratos de una manera muy eficaz e impactante.

    schizoid:
    Ese es el tema de la tragedia griega, según creo recordar. El hecho de que la sangre llama a la sangre. Una muerte tiende a generar retaliación y así se van encadenando los actos violentos. Mucha gracias por tu comentario.

    El informe Caribbean:
    Hay que tocar madera para que ésa terrible paranoia que están padeciendo no se extienda por todo el globo.

    Pilar:
    Veo que te ha conmovido la reseña que hago de esta tenebrosa historia de persecusión e injustica. Tu reacción muestra lo sensible que eres al sufrimiento de otros, así vivan muy distantes.
    Un abrazo muy cordial y gracias por tu visita.

  6. 55h44h5tht4ht45httr6e Says:

    eres unamierda como vas a desir eso hijo de puta

  7. 55h44h5tht4ht45httr6e Says:

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  8. Álvaro Says:

    Tengo como norma borrar todo tipo de insultos injustificados, agresivos y más aún violentos como en este caso. Pero los he dejado ambos como un testimonio del odio que esta persona expresa por la crónica que he hecho de un film que presenta hechos y evidencias sobre una persecusión triste e injusta.

  9. Julio Díaz H. Says:

    La gran mentira del 11 de Septiembre, ha sembrado todo esto, el odio hacia personas y razas que nada tuvieron que ver con los atentados, te deja un profundo sentido de impotencia y mas cuando mucha gente cierra los ojos ante los evidente y deja que este tipo de injusticias sucedan

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