Intensidad y muerte

“Es una dicha para el hombre poder morir, pues gracias a esta condición su existencia puede hacerse dramáticamente intensa. Esta tesis no les gustará a las personas a quienes la vida, cualquiera que sea, les parece el bien supremo, así lleven una existencia simplemente larval. En realidad son los mortales los capaces de amar verdaderamente la vida, de correr riesgos y creer en el futuro, ya que saben que sólo disponen de una única existencia, que están destinados a morir tarde o temprano, y que por lo tanto deben apresurarse”.
Todos los hombres son mortales. Simone de Beauvoir

Esta memorable cita la trajo a cuento en su blog 3 semanas antes de acabar con su vida ANDRÉS KISHIMOTO, un psicólogo de 27 años, que nos ha dejado como legado su sesudas y preocupaadas reflexiones en su notable bitácora, FACTÓTUM. En efecto en su entrada de éste domingo 16 de abril que acaba de pasar, Andrés se preguntaba si la muerte, el problema más universal del hombre, existia o era un invento. Y para responder a dicha pregunta interrogaba a Borges a Sartre, a Marcel Camus y a Leopoldo Lugones.

Su ausencia me parece una tragedia pero también un triunfo. Andrés ha sido consecuente con los retos y las respuestas que le ofrecía un mundo tan hostil como el que estamos viviendo, dónde el reclamaba valores y el medio ambiente le devolvía silencios o esperas. Creo que Andrés vivió intensamente y en su último acto decidió suspender lo que de Beauvoir llamó “una existencia larval”.

Lo escribo a manera de consuelo para Julio Sanchez Santuri, (quien nos participa de la noticia hoy en su Astrolabio); para los que lo conocieron, enlazaron y leyeron aquí en la blogosfera latinoamericana; y también para sus familiares y amigos que deben estar llorando por su ausencia.

18 Responses to “Intensidad y muerte”

  1. Vir& Says:

    Perdona mi querido Álavro. Perdona, mas disiento contigo, radicalmente. En el acto final de Andrés, tan íntimo, afirmar en un post que fue un triunfo, me parece tan aventuradamente terrible.

    Sé que eres franco al escribir. Ni un instamte dudo de esa franqueza tuya, mas creo que la muerte de Andrés es trágica. No veo lo triunfal por ningún lado. Él tenía capacidad para dar de sí y recibir más… El triunfo lo veo en muertes como en las de Paul Lafargue y su spleen humano, Laura Marx: suicidios razonados y apasionados. Desenlaces de reflexiones radicales.

    Antes que la decrepitud, decidieron marcharse juntos. Triunfaron.

    Allí, veo querido Álvaro, el triunfo, rotundo triunfo.

  2. Álvaro Says:

    Pues estamos en desacuerdo, Vir. Porque la edad no debería contar en éste asunto. Lee en su blog las reflexiones donde trataba de hacer sentido en cuanto a muerte y vida; lo que trató de aprender de personas más sabias y mayores; sus requerimientos a la sociedad peruana; y sobre todo a su comunidad japonesa. No encontró eco, le dijeron que esperara. Lo dejaron solo. Y su muerte es un valeroso acto de protesta.
    No es un triunfo para la humanidad, ni para el Perú, ni para los jóvenes, mucho menos para los mayores. Es un triunfo para él.
    A los demás nos ha dejado un poco más solos, más tristes, más concientes y más derrotados.

  3. Vir& Says:

    Profundamente apreciado amigo, el desacuerdo es profundo.

    No me considero derrotada por su partida, sino desolada que no es lo mismo. Creo que lo que él sentía lo sentimos de diversas maneras, muchos. Álvaro, no me refiro a la edad de Andrés. Me refiero a la decisión de Lafargue y Laura, que no fue en el contexto d eun profundo cuadro depresivo. Todos los posts que haya escrito Andrés no devela los por qués de su muerte. Como lo dije a otro amigo blogueador: toda aproximación , creo, es vana.

    Solamente creo en los afectos vislumbrando la vida del que ha partido.

    Creo que el suicidio como triunfo es en contextos disitntos, donde la lucidez no tien como compañera a la depresión. Donde la meditación existencial es descarnada y extrema, mas radicalmente tonificante.

    Y es que hay sucidios y suicidios. Tampopco afirmaría que ha sido una derrota. No, en el caso de Andrés, claro que me eximo de hacerlo.

    Andrés. Se marchó… definitivamente.

    Estoy triste.

  4. Florencia Says:

    No sé quien fue Andrés aunque me encantaría saberlo ya que esta entrada atrajo mucho mi atención. Solo quiero expresar que bajo ningún punto de vista, sin excepciones, ni siquiera con atenuantes, considero que el suicidio es un triunfo. No hay causa denominada noble que lo justifique. No me considero una persona de blancos o negros, creo que siempre hay que considerar cada caso en particular, cada matiz pero éste es uno de los temas en las cuales opino que las variables, los motivos y el fin no importan. Si el suicidio es triunfo, solo es el triunfo de la derrota.

  5. Vir& Says:

    Triunfo no en el sentido convencional. Otra connotación existencial tendría ese triunfo. Es decir, el suicidio como culminación de la vida, como acto soberano, así lo comprendo.

  6. Pilar Says:

    Me quedo helada, siempre pienso que en estos casos hay que decir algo muy-muy preciso y no palabras de “consuelo”, o mejor no decir nada.

    (pero no creas que esto no me hace reflexionar….)

  7. Álvaro Says:

    Florencia y Vir:
    Leyéndolas me doy cuenta de que usé ligeramente la palabra triunfo. Y en este comentario quiero disculparme. Me parece importante usar con delicadeza, cariño y respeto cada una de las palabras. Aun más aquellas que expresan todo un concepto y cuando me refiero a decisiones tan hondas y radicales como ha tomado este muchacho de 27 años.
    Me adhiero completamente a lo que dice bellamente Florencia: “si el suicidio es triunfo, solo es el triunfo de la derrota” yo diría de una derrota.
    Quiero aclarar que yo he aprendido a amar, a respetar y a aceptar la derrota. No veo en los derrotados gente que fracasa o que es menos que nadie.

    Y creo que aquí cometí violencia poética. En mi intento por tratar de darle sentido con mis palabras a la decisión terrible de Andrés, como muy atinadamente ustedes dos me lo hacen notar, hay una posible falla.
    Debí haber preparado bien el terreno y decir que iba a usar la palabra “triunfo” de una manera poco convencional. Eso ya lo aclaré en un comentario más arriba.

    Lo que me pareció entender leyendo las memorias de Andrés, era una trayectoria muy honrada de búsqueda y de encuentro. No apruebo o desapruebo nada me limito a constatar el hecho. Y no he mencionado para nada la depresión porque eso me parece una trampa. Yo no puedo partir (como lo hizo el periódico que debe tener evidencias) de que él decidió terminar su vida porque estaba deprimido, porque su novia no le hacía caso.
    Eso es típico de cierto convencionalismo social. Ponerle una etiqueta a Andrés o a cualquier otro que se suicida para poder todos descansar tranquilos: “Sufría una honda depresión. Pobrecito. EStaba casi loco. Nadie podía evitarlo. El tiene la culpa”.

    No estoy de acuerdo con eso porque en Factótum, en sus escritos, en la búsqueda personal que dejó como testimonio, hay evidencias de lo que yo planteo. Allí podemos acceder todos: Por sus palabras en la bitácora adivino una personalidad recia, inquieta, reflexiva. Leo a un filósofo contemporáneo. No de los famosos y de libros sino a alquien que está buscando en las fuentes de otros que sí escribieron grandes libros, para tratar de darle un sentido valioso e intenso a su existencia.

    Ese es el Andrés que yo leo. Otras personas lo verán distinto. Y en el intercambio de nuestras perspectivas en torno a su existencia, creo que podemos (los que queramos) aprender algo.

  8. Vir& Says:

    Tu autocruestionamiento me hace apreciarte aún más.

    Aquí no se tarta de disentir por humillar al otro.

    Y te escucho, y te aprecio, te envío un gran salute.

    Andrés, a lo lejos, o cerca, o sea donde fuera, viene a través de su escritura.

    Siempre.

  9. Florencia Says:

    Alvaro,
    Al leer tu contestación tuve exactamente la misma impresión que Vir. Autocuestionarse es una gran virtud y aceptar la opinión ajena sin cuestionamientos aún cuando disentimos lo es aún más. Disfruto mucho de tu página. Respecto a lo de la derrota, no podría estar más de acuerdo. Hay una cultura del éxito a toda costa y mientras lo buscamos nos vamos deshumanizando más y más. Aceptar la derrota es un desafío enorme, sin embargo. Aún así es una de las pocas cosas que debería ser obligatoria experimentar al menos una vez en la vida. Nos enseña mucho más que lo que lo hace el éxito.

  10. Óscar Pita - Grandi Says:

    La vida le pertenece a quien la porta y ese es dilema de la sociedad. Es difícil comprender la vida de uno y más sencillo imaginarnos la de otros. Pienso que somos egoístas al pensar la vida de los demás basada en los límites de nuestros juicios y definiciones. Él partió porque quiso partir. Especulaciones de segundo orden son innecesarias. Hubiera querido que siguiera vivo y entre nosotros, claro, pero ese es sólo un deseo mío, y quizá el de todos los que aprendimos a apreciarlo a través de su inteligencia.

  11. ovidio Says:

    Una posible leccion es que no hay que esperar respuestas a cosas imporantes (y personales) de personas con las que no se puede conversar, como Borges, Sartre, Marcel Camus o Leopoldo Lugones. Es mejor preguntarle a alguien con quien se puede hablar cara a cara. Una novia puede ser el interlocutor ideal.

  12. Vir& Says:

    Hay una diferencia entre la especulación y entre precisamente dejar el misterio profundo del drama humano que lleva a alguien a quitarse la vida.

    Especulaciones son aquellas que pormenorizan posibles motivos, que incluyen prejuicios, calificaciones moralistas, historias.

    Las especulaciones generalmente son malintencionadas.

    Si alguien como Andrés se fue, hablar de él sin agraviarle ni denigrarle es efecto de una proximidad sensitiva, desde los que le conocieron más hasta los que le trataron en un corto tiempo.

    Lo medular siempre está en la calidad de lo que se dice, el grado de lucidez que existe aún en el desconcierto.

    Para mí, siempre será un misterio que alguien potencialmente talentoso se vaya para siempre por su propia mano y eso responde a mi aprecio por lo que seres de esta estirpe pueden ófrecer… Eso no implica condena alguna , eso es parte de mi desconcierto.

    Ni la depresión a solas, ni otras realidades explican totalmente la partida de un ser humano.

    Expreso lo que pienso, y desde mi mirada y mi afecto, reconozco al suicidio como una alternativa que cada uno tiene ante sí, mas eso no significa que lo vea simplistamente.

    Es tan delicado todo esto que escribir sobre ello me duele.

    Te envío un abracillo Álvaro …

  13. =La Fulana= Says:

    Hola Álvaro: El 11 de mayo de 2005 a las 21:30 hs. aproximadamente llamó mi padre para decirme: “Patricia, estoy en el hospital, tu hermano se pegó un tiro en la cabeza. Tiene muerte cerebral. No se va recuperar. Viajá a lo de tu madre para darle la ‘noticia’.”
    Y no se recuperó, aunque yo pensé que quizá… en los días subsiguientes, (que fueron 3)…
    Todavía me pregunto acerca de esa valentía o cobardía y me enojo y lo extraño y vuelvo a enojarme al punto de gritar al aire ¡pero qué boludo fuíste! y luego lloro el dolor de su ausencia. Demasiado marcada. Y pienso en los allegados que quedamos vivos… En cómo quedamos…
    Escucho teorías psicológicas y charlas de café acerca de los suicidios, de la tragedia que se desencadena, de la tortura previa y el dolor psíquico de quien toma esa determinación y su posible ‘dedicatoria’…
    Por momentos creo que me morí un poco con él pero no es cierto. Éramos-somos sólo dos hermanos y él pudo lidiar con sus miserias hasta donde supo, así como yo con las mías. Lo que no soportó fue la soledad que le armaron, (de la que sé quienes fueron sus artífices) y que compró como un boleto de ida inmodificable.
    Yo sólo sé que lo quiero. Así como fue y como es.
    Simplemente.
    Un abrazo.

  14. Álvaro Says:

    Vir y Florencia:
    Gracias por sus nuevas y sabias contribuciones y reacciones. El intercambio de pareceres y la meditación sobre estos temas me parece que ha sido muy productivo.

    Oscar Pita-Grandi
    Muy lúcida la manera como miras el asunto: “Él partió porque quiso partir”. A nosotros nos toca elaborar un duelo. Y ésa no es una tarea fácil.

    La Fulana
    Tu confidencia me produjo un nudo en la garganta y deseos de llorar. Por la impotencia que refleja y el malestar que se instala en quedamos vivos. Veo que todavía estás elaborando el duelo de tu hermano.
    Te cuento que yo no he podido terminar de conciliarme con el suicidio en NY de un amigo muy cercano y eso hace ya más de 20 años.
    Por otra parte admiro y me consuelo con la forma serena como culminas tu reflexión “Yo sólo sé que lo quiero. Así como fue y como es”.

  15. Gustavo Says:

    Hoy estuve a punto de cruzar esa linea entre la vida y la muerte por mi mano ,el temor a mis creencias me hicieron retroceder la soledad es la peor compeñera junto con las miserias de este planeta y creamente entiendo a todos los que si tomaron ese camino y para mi es el mas dificil de todos.Un abrazo y ¿ hasta mañana?

  16. gghfg Says:

    hola

  17. gghfg Says:

    chupa la callampa

  18. anonimo Says:

    Estimado Alvaro,

    A casi dos años de la partida de alguien tan único como Andrés (y lo digo porque no creo que exista nadie como él, tanto en forma de ser como pensar); buscando en la net algo nuevo sobre mi tan apreciado amigo, encontré este comentario sobre su partida, y con todo el respeto que te mereces, te digo que él no triunfo al irse… los que lo conocemos bien sabemos que no triunfo… lamentablemente no triunfo… Y espero que nunca nos olvidemos de él, porque a pesar que no triunfo, nunca voy a olvidar la fortaleza de cada una de sus convicciones, y el hacer suyo cada uno de los problemas de sus amigos.. Por favor, no se olviden de él!

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