Daniela: ¿una carta o un grito desgarrador?

Todos sabemos por las noticias y muchas otras fuentes del acuciante problema de los pobres en todo el mundo. En especial en la región Sur del globo donde millones de personas mueren de hambre y enfermedad. Pero cada uno de nosotros, los privilegiados que tenemos pan y techo, nos sentimos maniatados para cambiar esta pavorosa desigualdad social que nos rodea. Mientras la inmensa mayoría de los habitantes del planeta no tienen casi nada, las minorías mundiales poseen casi todo y a sus líderes no parece importarles la condición de los menos favorecidos.

Ayer el periódico colombiano El Tiempo, de Bogotá, publicó la carta de Daniela, una niña pobre de un barrio periférico de Medellín, donde (a instancias de su profesora) le escribe al Director de las Empresas Públicas de la ciudad, para suplicarle que le reciba algunas monedas que ella ha ahorrado a cambio de poder gozar de luz eléctrica durante la navidad que se aproxima. La carta es desgarradora por lo auténtica y por los detalles que revela. Y tiene la virtud de darle voz y cuerpo concretos a los cientos de miles de niños que se debaten en el abandono y el desespero. Seres privados de una infancia y de las condiciones mínimas de protección familiar y social.
Daniela cuenta que vende confites, para poder pagar la luz que sus padres no pueden o no quieren proveer. Una tragedia de dimensiones que podría ser evitada si en un país rico como Colombia, los que mandan y más tienen, en lugar de interesarse sólo por sus amigos y su círculo cercano, pensaran en el bien de todos.
Ojala esta carta suscite un debate. No basta con ayudarle a la familia de Daniela. Se trata de evaluar cómo podemos contribuir a que esta dolorosa realidad no se repita a diario. Por mi parte sigo de cerca y me he unido de forma muy modesta, a la campaña de la ONU del año 2000, donde los líderes de 189 países acordaron propugnar los objetivos mundiales de desarrollo conocidos como Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM). Se trata de ocho objetivos fundamentales que, por su parte, se subdividen en 18 metas específicas que tienen por finalidad servir de proyecto básico y plan de acción. Pero esto está visto que marcha muy lento.

Quiero finalizar con algunas preguntas en torno a los medios de comunicación y la carta de esta niña: ¿Se lucra El Tiempo publicando esta carta? ¿La miseria de Daniela le sirve para vender más periódicos? ¿Cuál debe ser la verdadera responsabilidad social de una empresa de comunicación tan rica, poderosa e influyente como El Tiempo? ¿Limitarse a conmover a los lectores y ponerlos a recoger limosna para que esta niña tenga una navidad mejor?.

25 Responses to “Daniela: ¿una carta o un grito desgarrador?”

  1. Jaime al Says:

    He estado leyendo por estos dias algunos libros bien documentados de las desigualdades a todo nivel y vemos como se legisla para los mas poderosos, quiza solo un 1 por ciento. y tienes razon en que nos sentimos maniatados y no vemos inversion social. abrazos jaqime al

  2. Gatopardo Says:

    Tu artículo y la carta de Daniela me han sobrecogido. Creo que es obsceno el desnivel social y es necesario huir de la anestesia moral, que condena a los desheredados al silencio y la oscuridad de sus chamizos.
    Gracias por no callar ni mirar a otro lado.

  3. Álvaro Says:

    Jaime Alberto
    Como tú lo dices la documentación existe y crece con el problema. Pero no parecemos tomar conciencia. Seguimos viviendo sin pensar en los demás. Y ya sabemos que el problema no es de dar limosna.
    Qué lío y qué dolor todo esto.

  4. Hernán Says:

    Y pensar que acá en Chile eso de la desigualdad es tan abismante…. en todo caso, da un no se qué el caso de Daniela, lástima que todavía se vean esos casos…

    Chauu, salu2…

  5. Eva Ruiz Says:

    Nos sentimos maniatados porque queremos. Todo el mundo alude al gobierno “que es quien tiene el dinero”, pero poca gente se une a proyectos promovidos por ONGs o tan siquiera se digna a ayudar al mendigo que vaga por el centro de la cuidad. El problema atañe a todos y cada uno de nosotros, y podemos ayudar de forma activa, pero el ser humano suele ser egoísta por naturaleza. Admiro con todo el fervor a los voluntarios de las ONGs que se desprenden de todo, se lían la manta a la cabeza y ayudan a personas en cualquier país pobre del mundo.

    No puede ser que miseria de Daniela tristemente se quedará en eso, en una recogida de limosna para solucionar UN caso concreto. Eso sería lo mismo que dar un donativo o apadrinar en Navidad “que todos somos más buenos” y que “está de moda”. Y tras el anuncio de X ONG, uno de X firma de moda cuyos productos han sido manufacturados explotando a un niño chino.

    Tristemente, pienso que se quedará en eso y alabarán la iniciativa de Daniela. ¿Servirá para acallar la conciencia? Sí, lamentablemente servirá para eso. Pero hay muchas más Danielas y Danieles en el mundo cuyas voces no podrán ser silenciadas en Navidad.

  6. Álvaro Says:

    Gatopardo:
    La carta de Daniela es de una fuerza existencial, un apego a la vida y a la dignidad, ejemplares. Es además un testimonio demoledor. Una palmada en la cara para casi todos los que la hemos leído. Esa niña está deprimida y sufriendo síquicamente. Y como ella hay miles que ni siquiera pueden o atinan a escribir lo que sienten.
    Tienes razon cuando dices que tenemos que huir de la anestesia moral en que vivimos. Gracias a tí por resonar y razonar sobre el tema

  7. Álvaro Says:

    Hernán:
    Lo de Daniela es tan increíble que parece exagerado. Pero no lo es. Gracias por tu visita

  8. Álvaro Says:

    Eva Ruiz:
    Lo de sentirse maniatados tiene que ver con la magnitud del problema. Si dejo mi trabajo y mi familia y me voy a trabajar en una ONG, lograré ayudar, pero no voy a solucionar el problema, sino a tranquilizar mi conciencia (lo cual es de por si positivo). Estoy de acuerdo que el problema es de todos y cada uno. Pero se soluciona de una manera estructural, no con pañitos de agua caliente o con dar limosna al mendigo. Entonces lo que quisiera es debatir cómo podríamos incidir de verdad para que esta situación cambie.
    Yo no lo sé. Por eso lo planteo. Gracias por ayudarme a pensar el asunto, Eva.

  9. El Mal Ladrón Says:

    La carta es sobrecogedora. Me confirma, como tantas cosas cada día, que las vainas están mal y que todo puede ser peor.

  10. Catalombia Says:

    Ahora me acuerdo del cuento aquel de una vajilla, una lujosa y costosa vajilla que compró alguno de esos directivos públicos, burocratas ladrones de cuello blanco y me da rabia, mucha rabia.

  11. Aprendiz de Maga Says:

    Ay, Alvaro, me estremeciste, aunque uno sienta esa realidad de cerca a menudo por su trabajo como periodista, siempre el testimonio en primera persona de la pobreza de un niño nos va a cuestionar como seres humanos. ¡Coño, sí que lo estamos haciendo mal en nuestros países!!!
    Un gran abrazo, mi amigo

  12. Gatopardo Says:

    Álvaro: yo he estado y quizás vuelva a estar en la situación de Daniela; y te prometo que en esos momentos a mí me da igual si la gente que me echó una mano no se planteó que debería optar por algo más definitivo y global y menos mal que les dio igual quedarse en paz con su conciencia: mí esos idiotas inoperantes que sólo saben actuar de tú a tú, me salvaron; y cuando me vuelva a pasar, no acudiré a una ONG con una visión estratégica de lo prioritario, volveré a elegir mirando a los ojos de la gente que actúa por un hermoso impulso solidario y te echa una mano.
    Un abrazo

  13. Alondrie Says:

    La situación en América Latina y me voy a referir a esta y no a otros países de África, porque yo no conozco aquella realidad más que por lo que los medios muestren, es desesperante, es cierto que los índices de pobreza en mi país parecen calmarse, parecen irse a un lugar más secreto, oculto, menos expuesto, menos visto, pero sigue, no hay que ir muy lejos para encontrarse con campamentos y gente de escasos recursos, y cuando digo escasos recursos, me refiero a personas que no tienen que comer, que hoy si y mañana no, o ya veremos, de personas que no tienen para pagar luz o agua, que pasan meses sin ninguno de estos servicios a los que llamamos “básicos”.

    Yo no sabría que hacer para mejorar la situación, sé que el arma más sólida para crecer al respecto es la educación, y la buena, no educarnos para consumir y poseer bienes, sino para conocer y ser más felices desde dentro, desde la raíz humana, desde principios claros. Al educar personas con hambre consumista sólo siguen ganando los mismos. Los países latinoamericanos no son países exportan bienes de consumo, sólo materias primas, Brasil podría ser la excepción.

    Podría seguir, pero me acobardé…

  14. unocontodo Says:

    Que tristeza… y los Gobiernos gastando en armas y se hacen la vista gorda con los corruptos…

  15. malu Says:

    Álvaro, la carta de Daniela me conmovió, pero me llenó de rabia el espectáculo que se montó alrededor de este drama. Me refiero a que el gerente de las Empresas Públicas de Medellín, Juan Felipe Gaviria, haya contestado que le va a dar luz en diciembre a la familia de esta niña y que el periódico El Tiempo, el de mayor circulación en Colombia, haya publicado esta respuesta, el jueves 3 de septiembre, como si eso fuera un gran gesto de su parte.
    Me pareció un acto de irresponsabilidad que hayan publicado el nombre de la niña, el teléfono y hasta la dirección de la casa.
    Todo esto es, en mi opinión, lo que se conoce como “pornomiseria”. Yo creo que un medio de tanto peso como El Tiempo, debería ser más cauteloso en el manejo de este tipo de asuntos.
    Entonces, yo me preguntó, como lo digo en un comentario que mandé al periódico, opinando sobre el artículo, ¿será que cada una de las familias más pobres de mi país tendrá que mandar su propia carta al gerente de Empresas Públicas de Medellín, para que le ayuden, aunque sea de a uno en uno, a solucionar el problema de los servicios públicos? Y lo peor, es que ni siquiera eso sería suficiente, porque el caso de Daniela, como el de millones de personas en mi país, es mucho más complejo que eso.
    Creo que el hecho de que un dirigente empresarial conmovido salga impulsivamente a decir que le va a solucionar, por una vez, un problema coyuntural a alguien como Daniela, suena muy bonito. Pero, no va a pasar de ser un capítulo de un culebrón taquillero montado en la prensa de mi país. Entonces, me pregunto, ¿es que, tanto el señor Gaviria, como El Tiempo, no se dieron cuenta de tamaña ligereza? Lo que pasa es que es muy bueno sentirse bueno. Es muy bueno parecer bueno.

  16. malu Says:

    En relación con el tema de las limosnas, que planteas, Eva, te cuento que ese es otro asunto bastante espinoso, porque ahí también existe un drama muy hondo, que es el de la explotación de los niños y de los ancianos, en lo que se ha llamado el negocio de la mendicidad; en el que los que mendigan están supervisados por otros y reciben sólo una cuota por el “trabajo”, cuando la reciben, y en el que se alquilan bebés de brazos y niños, para pedir limosnas. No significa que siempre sea así, pero es muy difícil saber cuando lo es y cuando no. El periódico semanario El Espectador, de Colombia, publicó un artículo en la semana del 18 al 24 de septiembre, donde denuncia esta situación. La página es www.elespectador.com.
    Yo conozco personas que, teniendo los recursos económicos, decidieron asumir el pago de todo el estudio, hasta obtener el título de bachiller, de un niño de un barrio marginado, y de acompañarlo en su formación. Ese ha sido su aporte para ayudar a solucionar aunque sea el problema de una sola persona, de manera tan integral como sea posible. Esa es una buena opción.
    Yo diría que cada limosna que doy contribuye a ahondar el problema. Si quiero ser útil, lo mejor que puedo hacer es tratar de hacer cosas concretas que realmente ayuden a generar calidad de vida aunque sea a una sola persona.

  17. Álvaro Says:

    Mal Ladrón y Aprendiz de Maga:
    Es cierto que esta carta es un campanazo muy duro para todos. Y si pensamos bien sobre ella, no nos da lugar a mucho optimismo. Vivimos tiempos muy oscuros.

    Gatopardo:

    Yo entiendo muy bien lo que dices. Y a esa familia por fortuna (porque un periódico de gran tiraje difundió su carta) le han llovido los regalos y las ofertas de ayuda. Pero eso no quiere decir que no sigamos discutiendo el asunto. Porque no se queda solo en el caso individual de esta niña y su familia. Ellos son la punta de una especie de iceberg.

    Alondrie:
    Muchas gracias por tu aporte donde sondeas las dificultades para encontrar soluciones efectivas. Lo cierto es que no podemos seguir ignorando el problema de la pobreza absoluta en nuestros países, ni cruzarnos de brazos.

    Malú:

    Muchas gracias por tus reflexiones y tu aporte a la discusión. Comparto tus puntos de vista en torno al problema de la mendicidad. La alternativa que presentas me parece muy válida. En lugar de seguir repartiendo monedas a quien no conocemos ni sabemos si está explotando su condición, o está siendo explotado por otros, decidir concentrar mi donación a la educación completa y a traves de muchos años de un niño o niña que realmente lo necesite.
    Hay que seguir pensando la cosa y se me hizo tarde. Tal vez mañana continúe contestandote.

  18. LuisCarlos Says:

    Estos días estoy pegado con el tema, pero traten de conseguir o ver por allí la película argentina Deuda, de Jorge Lanata.
    Hay una frase hermosa: “Los desesperados nunca duermen”… y en cierta parte el propio periodista acepta que por más que podamos querer que se detenga el mundo para darle de comer a un chico u una chica que hoy está sobrecogido de frío y acurrucado de cara a la pared mientras se lleva las manos al estómago buscando el calor de ese vacío, por más que esa imagen nos remueva, nos iremos a dormir otra vez y el mundo seguirá su marcha. Y la pregunta es ¿seguimos pensando que el problema no es nuestro?
    Álvaro, me gustaría que escribieras algo sobre tu percepción de la pobreza en Noruega… no es que mi morbo me lleve a comparar cosas así, sino que veo de lejitos que tienen un forma de vivir-asumir la pobreza tan distinta que creo me resultaría incomprensible: por eso te invito a que me la puedes hacer relatable. Al menos eso.

  19. Ludovico Says:

    Un una de esas cosas que dulesn. muy dentro. Y no te deja en paz.

  20. Vicente Torres Says:

    Álvaro:
    Haces muy bien en dar a conocer estas historias. A ver si poco a poco conseguimos refrenar el egoísmo y la rapacidad.
    Saludos

  21. Carlos Bryant Says:

    Estamos perdiendo la sencibilidad,esta plagado de Danielas el mundo y nosotros que?

  22. Vir& Says:

    Las instancias que tienen el poder decisivo para cambiar esta paupérrima situación no lo hacen. Y periódicos publican cartas conmovedoras y auténticas.

    Las reflexiones de Malú son agudas y las comparto.

  23. Zenia Says:

    Saludos desde el Caribe:

    Pobres niños, suman millones como ella en el continente, pero no interesan a los centros de poder mundial ni económico del mundo como el FMI, Daniela y los demás se quedaron fuera de las leyes del mercado en la política neoliberal. Miles y miles protestaron cosntra este estado de cosas en la Cumbre de los Pueblos, efectuadaen Mar del Plata antes de la de lso presidentes, esta última con mucha foto y todo… pero nada más.

  24. Enrique Soria Says:

    No he tenido tiempo para ver todos los comentarios, sin embargo acoto tu escrito con esto: ¿Tendrá el periódico alguna pizca de Responsabilidad Social Empresarial y algo de la recaudación de publicidad o de ventas del día en que publicaron la carta pasará a manos de ella? Aunque sea deberían darle algo por derechos de autor.

    EE S-J

  25. Edén Del Vainero Says:

    De hecho vi la noticia. Es triste la “calidad” de mundo que estamos haciendo vivir a nuestros pequeños… Y los gobiernos cada vez peor.
    Qué podrá esperarse.
    Un abrazo Álvaro.

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