No llegan auxilios a las víctimas del ciclón Nargis. La mortandad aumenta.

En el radio esta mañana hablaba Jan Egeland, un experto noruego de la Cruz Roja y de las Naciones Unidas que estuvo a cargo de toda la operación de alivio y primeros auxilios a la población afectada por el terrible Sunami del 2004 en el suereste de Asia.

Estaba muy preocupado y veladamente criticaba a los gobiernos y a la ONU por no haber puesto mucho más presión política a la Junta Militar birmana para que dejara llegar la ayuda internacional tan necesitada.

Ayer por fin La Junta dejó entrar a algunos expertos al país y un avión con provisiones. Además admitió que la cifra de muertos puede subir a 60 mil (al principio hablaron de 16 mil). El diplomático nortemericano Shari Villarosa habla de 100.000. Pero lo más grave que le contaba Egeland al periodista noruego era que cualquier ayuda que eventualmente dejen entrar los generales birmanos ya es muy tarde. Porque llegará 15 o 20 días después de los desastres del ciclón. Para dicha fecha las víctimas van a ser muchas más. Hay cientos de miles sin techo, sin provisiones y lo más elemental de todo: sin agua. Es lo primero que los militares debieron llevado a las provincias del sur completamente inundadas: agua potable. Pero no lo están haciendo.

La junta no tenía un plan de emergencia, ni le avisaron a la población de lo que se venía (cuando los meteorólogs avisaron) y no se aprecia que ellos estén movilizando camiones con vituallas y todo el aparato militar para asistir a la población damnificada por el devastador ciclón.

La impotencia que uno siente es muy grande. Siento crecer en mí la frustración y también la ira contra ésa Junta Militar que mató miles de monjes hace ya casi un año. Imagino que en miles de otros amigos y seres humanos en este planeta están sintiendo cosas semejantes.

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Actualización a las 10.30:
Según El periódico de España hoy a las 10:48, un oficial birmano admite 80.000 muertos en una sola provincia del sur del país

Según Público.pt de Lisboa, Las Naciones Unidas van a “desbloquear inmediatamente un primer paquete de 10 millones de dólares” para ayudar a las víctimas según anunció hoy en Ginebra el Departamento de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).

El problema es que los militares birmanos, en el poder desde 1962, aceptaron la ayuda internacional pero han puesto como condición negociar con cuatro expertos antes de que éstos puedan entrar al país. Esto dilatará aún más el auxilio internacional.

El ciclón Nargis sumergió cerca de 5.500 kilómetros cuadrados de tierras en Birmania, donde más de un milllón de personas necesitan ayuda urgente, según informó un portavoz de la ONU em Bangkok.

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Actualización a las 14.50
La Vanguardia.es de España arroja un dato aún más preocupante: El problema de la asistencia no es llegar a Rangún, sino acceder a los lugares donde es de vital necesidad.
Birmania es un caso aparte en Asia. La carretera que une las dos principales ciudades del país, Rangún y Mandalay, no está asfaltada. En condiciones normales, el transporte terrestre por las mejores carreteras exige de doce a catorce horas para trayectos de 200 o 300 kilómetros. En la época de lluvias, las pistas se convierten en barrizales, los ríos se desbordan y las vías férreas se cortan. Regiones enteras del país, cuya superficie es mayor que la suma de Francia y Portugal, quedan incomunicadas.

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