La objetividad, una vieja falacia

Estoy de acuerdo con que la “objetividad” periodística no existe, ni puede existir. Me uno así a la conversación entablada entre Velvet y mi colega Víctor Solano en torno a la independencia que deben tener los medios de comunicación con respecto a los gobiernos de turno.

La “objetividad” es una falacia o un mito surgido hace unos cien años en el periodismo de los Estados Unidos cuando los dueños de los medios empezaron a exigirle a los periodistas “eso”, como una manera de “disciplinarlos”, dada la presión de anunciantes que protestaban o retiraban sus avisos cuando dichos medios publicaban noticias o expresaban opiniones en contra de las políticas que favorecían a las empresas anunciantes.

Fue así como las empresas de periódicos prohibieron a sus redactores noticiosos publicar sobre ciertos hechos candentes para que no herir susceptibilidades interesadas. Cundió entonces la costumbre de “informar” solo en tercera persona y de una manera aparentemente neutral. Lo cual es imposible. Como Víctor mismo lo dice, tan solo escoger cuál noticia publicar, implica ya una elección y un punto de vista particular, detrás del cual hay intereses ideológicos, económicos y políticos. Esa idea de la objetividad nunca pegó aquí en Europa donde el periodismo se convirtió en parte de la esfera de discusión pública y por tanto en opinión polémica y a veces interesada.

Lo que no comparto con Víctor es su afirmación de que “lo grave es editorializar (opinar o inocular un pensamiento) en el mensaje informativo-periodístico”. Primero porque lo informativo no está desligado de la opinión y segundo porque me parece que contradice algo que comparto que él expone de una manera muy convincente:

la mejor forma en que un medio puede apoyar a un gobierno legítima y democráticamente constituido es fiscalizando sus acciones, presionándolo para que entregue al ciudadano los instrumentos de deliberación y retroalimentación para las posiciones a favor o en contra. Si un medio está encima de los funcionarios de un gobierno y da cuenta de sus buenas y de sus malas acciones, le está haciendo un favor al gobierno de turno para que el Estado responda de manera correcta a las inquietudes de la ciudadanía.

O sea que el medio debe servirle es al público, a la “res pública” y no a los partidos ni a sus funcionarios. Y cuando hablo de la “cosa-pública” o de la república me refiero a las grandes mayorías de un país y no a la elite de siempre o al gobernante de turno.

Tengo otra divergencia con la opinión de Víctor, cuando él compara dos medios de comunicación bien distintos y los unifica bajo un solo adjetivo calificativo:

José Obdulio Gaviria, por ejemplo, creó un medio para apoyar a Uribe y Vladdo, uno para criticarlo. Son medios militantes y ya todos asumimos una posición ante estos.

Estoy de acuerdo con que el periódico del asesor del Presidente Álvaro Uribe es un medio militante. Hace parte no solo de las filas, sino del entramado mismo del poder. Pero el medio de Vladdo no me parece militante. Es periodístico en el más puro sentido de cumplir su rol de “perro guardián de la democracia”. Es además creación de un humorista, uno de esos saludables personajes (necesarios en toda sociedad que respete la libre expresión) cuya función en la Grecia antigua encajaba dentro del dicho: “castigat ridendo mores”. (quien riendo castiga las costumbres).

9 Responses to “La objetividad, una vieja falacia”

  1. Cerero Says:

    Genial artículo, aunque quizá debiera haber profundizado más en estos últimos planteamientos, que se queda un poco uno con ganas de más. La cosa de la objetividad es cada vez más evidente, desde luego.

  2. Velvet Says:

    Agradezco —y me alegra— escuchar esta “tercera voz” en el interesante post que gentilmente don Víctor Solano escribió en respuesta a una inquietud que le formulé.

    Sin saber casi nada del tema y acudiendo a lo poco que he aprendido en mi vida como consumidor de medios, no sólo estoy de acuerdo con que es imposible que exista imparcialidad y objetividad en ningún medio sino que me alegra de que así sea. La razón para mí es sencilla, los que escriben son humanos, tanto como yo y tienen todo el derecho del mundo a tomar partido como yo lo tengo. Lo único que pido (o pedimos) es que sean claros al hacerlo y que no me quede la percepción de que me están ocultando algo. Desde ese punto de vista creo que lo que está haciendo el Canal RCN (el origen de esta interesante conversación) no sea del todo malo. Es un medio a favor de la casa de Nariño y punto. Eso no se ha ocultado nunca. Así como no se ha ocultado nunca que Noticias UNO sea un medio que crítico del gobierno.

    Una cosa más. Lo mínimo que puede hacer el televidente o el lector es escuchar ambas posiciones (aunque en un tema como el caso colombiano en realidad hay más de dos caras) y tener su propio criterio.

  3. Mauricio Duque Arrubla Says:

    Uff, está conversación dará mucho que aprender. Es difícil, después de escucharlos a los dos, saber qué es la objetividad y cuándo se aplica o no. La dificultad radica en que definir la objetividad termina siendo una acción subjetiva. Ahí se arma el caos. Lo importante, me parece, es que se permitan las diversas opiniones subjetivas y que entendamos cual es el interés de cada persona o medio que se expresa en favor o en contra de alguien. Lo problemático sería el unanimismo y la censura, como la autocensura que ocurre en la provincia colombiana en lo que respecta a hablar de gamonales o, peor aún, de jefes de grupos al margen de la ley.
    Dan ganas de hablar más pero se atropellan las palabras. Si logro desenredarlas vuelvo por acá.

  4. Cerero Says:

    Es que el hecho de que se admita abiertamente que no existe la imparcialidad en los medios obliga al consumidor responsable a que lo conozca todos, a que se forma un criterio propio, y a que elija qué, cómo y cuándo quiere consumir. Y eso es un sano ejercicio de crítica y libertad que iría en favor de la democracia, esa palabra que llena bocas de tanta gente que tan poco hace por ella (y lo siento si sueno demasiado revolucionario cutre con esto).

  5. Julián Ortega Martínez Says:

    Lo que no comparto con Víctor es su afirmación de que “lo grave es editorializar (opinar o inocular un pensamiento) en el mensaje informativo-periodístico”. Primero porque lo informativo no está desligado de la opinión […]

    Parcialmente de acuerdo. Porque una nota que cuente los hechos no debería emitir juicios éticos, morales o políticos, sino contar la historia, ojalá mencionando reacciones a favor y en contra, de ser posible. Si el periodista quiere emitir su opinión, que ponga un blog o que “lagartee” una columna. Tal vez diga todo esto porque en las Américas nos acostumbramos al periodismo gringo, pero ¿qué hacemos, ala?

    Estoy de acuerdo con que el periódico del asesor del Presidente Álvaro Uribe es un medio militante. Hace parte no solo de las filas, sino del entramado mismo del poder. Pero el medio de Vladdo no me parece militante. Es periodístico en el más puro sentido de cumplir su rol de “perro guardián de la democracia”.

    Yo diría que sí, ¿pero si eso lo lee un uribista (moderado, no necesariamente de la calaña del narco-asesor? ¿No le parecerá “militante” también, así sea de una oposición atomizada o, en el mejor de los casos, fragmentada?

    Sobre lo último que dice Velvet, me recordó la tan difícil y mentada “neutralidad” (acaso una alternativa más “realista” a la tal objetividad) que buscan los proyectos de la Fundación Wikimedia (Wikipedia, Wikinoticias, etc.).

    Respecto del caso de RCN, que no solamente no se molestó en “preguntar” si el show en Buenaventura era legítimo sino que además hizo de “porrista” del régimen… eso ya es un exceso y un extremo.

    Y no creas, Velvet, Noticias Uno también les da palo a los farcos y al payaso Chávez, para que no digan que es “amigo del terrorismo” por criticar al virrey paisa.

  6. Atrabilioso Says:

    Estoy plenamente de acuerdo en que la objetividad es una ‘tara’ infundida hace años también en las facultades de periodismo. ¿Cómo ser objetivo, si cuando el sujeto aprehende el objeto, este pasa a ser subjetivo?
    El periodista captura un ángulo de la información, trata de buscar la mayor cantidad de aristas y luego, todo ese sujeto dedicado al periodismo, escribe o publica una información.
    A lo que se debe aspirar es a ofrecer la mayor cantidad de puntos de vista posibles y, sobre todo, RECHAZAR esa idea absurda del periodista como una máquina sin sentidos, ni emociones, que puede plasmar un objeto (noticia) sin la intervención de la compleja maquinaria humana.
    Buen debate.

  7. eraser Says:

    Mi aportación a la discusión está en un post que apunta a este

  8. Álvaro Says:

    Cerero:
    Gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo contigo en que aquí hay muchas más cosas para decir. Y en parte van saliendo en los comentarios. Pero lo tendré en cuenta y trataré de retomar el tema más adelante.

    Velvet:
    De acuerdo contigo: el deber de informarse y “formarse” una opinión propia le corresponde a cada lector, radioescucha o televidente. Para ello hay que andar con las pilas puestas y no tragar entero. Porque hay mucha información, e incluso noticias cuyo propósito es desinformar o confundir.

    Mauricio:
    La proliferación de blogs es positiva en este sentido. Porque amplía el rango de información, de argumentos y contra-argumentos. Multiplica las posibilidades de mirar los hechos y sus interpretaciones desde perspectivas nuevas y diferentes.
    Hasta donde sea posible, porque en Colombia hay mucha autocensura debido a los agentes violentos y sus amenzas.

    Julián:
    Cualquier narración de “un hecho” implica un punto de vista. Las noticias tienen muchos ángulos de ataque (como se enseña en las escuelas de periodismo). Cómo cuenta la noticia de una violación un periodista chino, una escritora pakistaní o un reportero Belga, va involucrar aspectos de género, clase, posición social y cultura que pueden influir en la forma como transmite el suceso.
    El suceso sucede, pero al contar la noticia se da una re-presentación del suceso. Hay que armar un cuento. Es a eso a lo que me refiero. No tiene que ver con juicios éticos o con intenciones políticas.

    Y en cuanto a un medio humorístico como El Pasquin, está claro que va a fastidiar mucho a alguien que adore o defienda mucho al Presidente Uribe. Esa persona puede tildarlo de militancia, pero si quiere ser preciso debería hablar más bien de anarquismo. Porque a un humorista más que edificar le interesa des-velar y revelar la desnudez del rey de turno. Yo por mi parte no conozco un buen humorista (que se respete) que pertenezca a un partido o defienda ciegamente a aquellos que detentan mucho poder. Los humoristas están más del lado de “la resistencia” que de la oposición.

    Wikimedia se tiene se enfrentar a diario (como todos los grandes periódicos) al dilema de a)cómo informar sobre algo, b)cuánto es posible saber, c)quién puede aportar más datos y distintos sobre un determinado suceso. Y en medio de este forcejeo lucha por una “neutralidad” que siempre será siempre relativa y nunca completa.
    En muchos casos, nuevas evidencias revelan que algo que se dijo era tendencioso o falso. Sucedió recientemente cuando se informó que Chávez habia dicho que Chomsky estaba muerto. Cayeron allí muchos medios serios y cuidadosos que fueron desmentidos por otras fuentes. Por éso al receptor le toca la función de estar atento.

    Atrabilioso:
    Gracias por tu comentario y por aportar elementos que fundamentan mejor y aportan argumentos en favor del “destronamiento” de la tan socorrida “objetividad”.
    Como bien lo señalas existen varias maneras de no caer demasiado en el subjetivismo y eso es todo un aprendizaje para quien quiere aprender a comunicar con eficacia y generosidad. Hay medios de comunicación y blogueros que le apuntan a eso, y otros que no. Y así va la vida.

    eraser:
    Gracias por aportar varias referencias y artículos a esta discusión. Acabo de visitar tu blog en el cual voy a escarbar con juicio y atención.

  9. ¿Comunicación? » Otro ‘cumpleblog’ y 20 ‘clásicos’ para celebrarlo Says:

    […] Ah, y sin partir de ahí como finalidad, también he llegado a conocer a muchas personas interesantes y algunos, ya los considero amigos virtuales entrañables, como si los conociera de toda la vida. Algunos y algunas tan queridos como Luis Indriago en Venezuela o Caminante77 (creo que vive en Estados Unidos) que hasta me dedicó un post recientemente y me recordó esta fecha o a Lully que me entrevistó hace poquito. Todos ellos y otros muchos que me citan con una generosidad desproporcionada que agradezco enormemente, como el maestro Álvaro Ramírez, desde Noruega. […]

Leave a Reply