La pregunta por la existencia II

El ser humano que empieza a conocer su destino, es decir a saberse persona, digna y vana a la vez, se parece a la figura de Sísifo. Sabe que la existencia tiene mucho de absurdo pero la vive con intensidad. Aleja el temor de sí y se atreve a desafiar a los dioses, o a cualquier otro que pretenda gobernarlo. Nada lo puede doblegar porque se sabe contingente y empieza a dejar de ser súbdito de los dogmas, la costumbre, o el temor al desprecio.
El poeta Antonio Machado con lucidez escribió:

Dices que nada se pierde
y acaso dices verdad,
pero todo lo perdemos
y todo nos perderá.

Y en todo esto hay una secreta alegría. Por eso Camus se atreve a imaginar a Sísifo como una figura dichosa. Porque conoce su condición y tiene la lucidez de formularla como ciertos artistas, escritores y autores de blogs que en la re-presentación, la capacidad de revivir o re-flexionar sobre su condición y sus experiencias, recrean y comprenden el sentido absurdo y bello de su accionar.

Como lo expresa bellamente Machado:

¿Dices que nada se crea?
No te importe, con el barro
de la tierra, haz una copa
para que beba tu hermano.
¿Dices que nada se crea?
Alfarero, a tus cacharros.
Haz tu copa y no te importe
si no puedes hacer barro.

Las citas de Machado las encontré en Astrolabio, el blog de mi colega Julio César Anturi
sisifo.gif

2 Responses to “La pregunta por la existencia II”

  1. Tautina Says:

    Es muy interesante tu disertación sobre Sísifo y como encadenas su mito a una bitácora, aun no entiendo muy bien de qué forma.
    En mi humilde opinión, creo que Sísifo era feliz porque no tenía más preocupación que hacer rodar esa piedra, y esto le mantenía ocupado y orgullosamente desdichado. Y creo que las bitácoras no son más que elucubraciones de aquellos que disponen de tiempo libre, porque ya sabemos todos que, cuando el diablo se aburre, espanta moscas con el rabo.
    Un saludo.
    Me gusta mucho tu casa.

  2. Álvaro Says:

    Tautina:
    Gracias por tu comentario que abre un debate: la vinculación que yo hago está apoyada en esta cita del ensayo de Camus (muy corto por cierto y ya traducido al español y disponible en Internet):
    “Por lo tanto, si el descenso se hace algunos días con dolor, puede hacerse también con alegría. Esta palabra no está de mas. Sigo imaginándome a Sísifo volviendo hacia su roca, y el dolor estaba al comienzo. Cuando las imágenes de la tierra se aferran demasiado fuertemente al recuerdo, cuando el llamamiento de la dicha se hace demasiado apremiante, sucede que la tristeza surge en el corazón del hombre: es la victoria de la roca, la roca misma. La inmensa angustia es demasiado pesada para poderla sobrellevar. Son nuestras noches de Getsemaní.
    Pero las verdades aplastantes perecen al ser reconocidas. Así, Edipo obedece primeramente al destino sin saberlo, pero su tragedia comienza en el momento en que sabe.”

Leave a Reply