Cómo aprendí a salir de la ignorancia

En la escuela y la universidad mis mejores maestros no transmitían el conocimiento.

“Transmitir” me suena como al acto de aplicar una inyección intravenosa o una vacuna, es decir, algo impuesto por las malas para tratar de “curar” a alguien. O para prevenir una enfermedad, por medios dolorosos, casi punitivos (aunque las intenciones fueran buenas).

Lo que hicieron mis escasos maestros inolvidables fue comunicarme la pasión y el entusiasmo, por el conocimiento. No necesitaban exigirme que leyera una bibliografía específica, o que me fuera a consultar más a la biblioteca, porque yo salía tan motivado de sus clases que quería experimentar, de primera mano, lo que ellos habían vivido al aprender las cosas que contaban.

Por eso leí de manera febril y natural – en unos pocos cursos desgraciadamente – sin que me lo impusieran como tarea obligatoria para poder aprobar los cursos.

Muchas de las cosas que he aprendido con mayor facilidad y gozo,
en la escuela o la universidad, llegaron de esa manera: por el deleite mismo de saber más. De estar enterado. De querer saciar la curiosidad innata que casi todos tenemos.

Así es o así debería ser la verdadera educación: una búsqueda, un camino y unas ganas infinitas de salir de la ignorancia.


Nota:

Ésta es una de mis reacciones al valioso artículo de Carlos Uribe publicado en equinoxio.org bajo el título: Tareas inútiles

5 Responses to “Cómo aprendí a salir de la ignorancia”

  1. Fabián Says:

    Me parece muy acertada la reflexión. A mí también los profesores que me dejaron huella fueron los que tenían una fiebre por conocer.

  2. Álvaro Says:

    Tal vez otra palabra conectada con esto es “investigación” que implica cierto drama porue uno va en pos del descubrir algo. ¿No te parece, Fabián?

  3. ARETINO Says:

    Muchos profesores me motivaron con su pasión por el saber. Aun a pesar de años oscuros nunca deje de leer y saber. Buena reflexión.

  4. zerimar Says:

    Me tocó la época de ” la letra con sangre entra ” y fué traumático para mi el estudio en primaria y secundaria;en la universidad todo fué muy distinto.
    Ahora que estamos en la era de la informática e internet , no es muy claro si esa herramienta ayudará formar personas que quieran leer libros e investigar y termine siendo un instrumento de lo facil y el entretenimiento

  5. Álvaro Says:

    Aretino:
    Debo confesar que en mi caso fueron pocos. En los primeros 10 años se pueden contar en la palma de la mano. La primaria fue una pesadilla para mí por dicha razón. Profesores impositivos y clases inmensas de 30 y 40 alumnos. Que también influye.

    Zerimar:
    Me identifico mucho con lo que i cuentas. A mí me tocó ése tipo de educación que señalas y precisamente mi reflexió nace de ahí. Y pienso continuarla con más entradas sobre ése tema de la educación y las tareas escolares.

    Yo solo vine a sentirme persona humana (antes era no sé qué) en el último año de secudaria. Porque fue en otra institución y las cosas cambiaron radicalmente. Allí tuve cuatro profesores que amaban lo que presentaban en clase. Ya en mi carrera todo mejoró. Inolvidables maestros tuve en mis estudios superiores. Claro que en la U yo había madurado y estaba estudiando lo que me interesaba… sinembargo la facultad se caracterizaba por una muy alta calidad docente e investigativa.

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